viernes, 1 de julio de 2011

El mundo de los seres vivos

Durante mucho tiempo, los científicos identificaron dos reinos de seres vivos:
animales y plantas.




Esta clasificación tuvo como base algunas propiedades observables, como la presencia de clorofila, movilidad y modo de alimentación.
El trabajo de investigación microscópica permitió conocer organismos que no pudieron ser incluidos en ninguno de esos dos reinos.
En el siglo XIX, un biólogo llamado Ernest Haeckel sugirió el reino protista, para considerar en él organismos con características intermedias entre animales y plantas.
En 1963, Whittaker propuso la clasificación de los seres vivos en cinco reinos, agregando el reino moneras. Hay que tener presente que ninguna de estas clasificaciones, considera el reino mineral, por lo tanto, dicho mundo no pertenece al de los seres vivos.
El mundo animal



Un animal es un organismo pluricelular que se alimenta de otros seres vivos o productos elaborados, pues no tiene la capacidad de fabricar materia orgánica alimenticia.
¿Sabes cuántas especies habitan en la Tierra? Aún no se sabe exactamente cuántas especies existen. Día a día, siguen descubriéndose aves y mamíferos. Cada año, como promedio, se conocen alrededor de tres nuevas especies de aves. En 1990 se encontró una nueva clase de monos.
Hasta el siglo XVIII se tenía conocimiento de la existencia de varios miles de especies diferentes. Hoy día, la cifra ha aumentado a dos millones. Aun así, es probable que se conozca sólo una pequeña parte de todos los seres que habitan nuestro planeta.
Los seres vivos y la naturaleza

Animales y vegetales obtienen de la naturaleza los elementos básicos para vivir. Los vegetales utilizan el agua del suelo, que ha llegado hasta allí mediante el riego o las lluvias. El agua es absorbida por las plantas mediante la raíz, al igual que las sales minerales.
Los vegetales también necesitan aire, del que aprovechan el gas carbónico (CO2), que ocupan en la fabricación de su alimento; y el oxígeno (O2), básico para la respiración.
Asimismo, a través de sus partes verdes (tallos y hojas) captan la energía luminosa que proviene del Sol, la cual les sirve para producir su alimento.
Los animales beben el agua de los ríos, lagos, riachuelos, rocíos, pozos, etcétera. Del aire, obtienen oxígeno; y del Sol, luz y calor, que les permiten realizar todas las actividades diarias. Por último, los alimentos que consumen les brindan energía.
El oxígeno que los seres humanos ocupamos en la respiración, proviene de los vegetales. A su vez, nosotros entregamos gas carbónico a los animales, que ellos utilizan en la fabricación de su alimento.

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